Una plegaria para Jeff
Un disco, un tema, una leyenda. La vida breve de un artista sin ocaso.
La guitarra. Sólo una guitarra. Un solo de guitarra. Juegan los dedos a que acarician la piel. Afuera el agua no deja ver tras el vidrio. Una mañana para el café y un libro. La guitarra es la lluvia copiosa pero serena, hay un rato más en la cama con la frazada hasta la cabeza. Así es el es Hallelujah de Leonard Cohen en la voz de Jeff Buckley, el placer en la casa.
Jeff canta sin estruendos. No hay show, ni culpa ni ansiedad. Su voz se hace humo apenas el fuego arde. Lo impregna todo, invade, reclama, perdura. ¡Aleluya! Jeff habla con Dios, le cuenta que sólo tiene su guitarra y un don. ¡Aleluya! Una guitarra y la voz. !Aleluya! La melodía perfecta para un día sin sol.
Leonard Cohen llegó a escribir 80 versiones de este tema antes de grabar la definitiva. Muchos la grabaron e hicieron propia. Sólo Jeff logró que Hallelujah fuera una plegaria. A 27 años de su muerte Jeff no encuentra el ocaso.