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María Remedios Del Valle Rosas: La Madre Negra De Argentina.

María Remedios del Valle Rosas: la madre negra de Argentina.

Manuel Belgrano la nombró Capitana del Ejército del Norte cuando las mujeres tenían prohibido luchar junto a los varones en las guerras de la independencia.

El 14 de noviembre de 1813 el sol ardía en la altura de Potosí, era la batalla de Ayohuma. Miles de hombres, una vez más, peleaban por la libertad, muchos por su propia libertad. Les habían prometido dejar de ser esclavizados a cambio de echar a los españoles. Algunos fueron acompañados por sus mujeres e hijas, ellas asistían a los heridos, alcanzaban municiones, remendaban los harapos con los que iban vestidos. Una de ellas se animó a más, dejó la retaguardia y pasó al frente de batalla. Por su irreverencia y valentía la soldadezca la llamaban «Madre de la Patria», Manuel Belgrano la nombró Capitana del Ejército y el enemigo luego de capturarla la azotó durante 9 días, para que aprenda o quizás para que muera.

María Remedios del Valle Rosas.

Fue la segunda derrota de Belgrano. María cayó por una herida de bala, dicen que tenía seis de esos en su cuerpo al finalizar la guerra, que los azotes le abrieron la piel mientras la polvareda se mezclaba con la sangre, que la bañaba el sudor del cuerpo al sol, que la muerte estaba ahí, que la esperaba.  Sin embargo la «parda» María liberó a los oficiales prisioneros y cuando la oportunidad se dio huyó; no encontró a Belgrano, por eso se sumó a Los Infernales de Martín Miguel de Güemes. Y su rastro se perdió.

Según el autor de Capitana María Remedios del Valle, Daniel Brión, la Madre de la Patria tenía 40 años cuando se sumó junto a su marido al cuerpo de Andaluces para defender a Buenos Aires de las segundas invasiones inglesas. De los 5 mil soldados que participaron de la defensa 876 era negros, muchos de ellos se sumaron voluntariamente con la ilusión de una vida en libertad. 

María Remedios del Valle Rosas. Foto: Ramiro Ghigliazza.

La parda se quedó sola, no se sabe con precisión cuándo y cómo sus hijos y su marido murieron por la independencia, tampoco hay registros de su nacimiento, se estima que fue entre 1766 y 1767, por eso Brión considera que al momento de su captura tenía 46 años. Recién se volvió a saber de ella en 1826 cuando solicitó a la Legislatura una compensación económica por los servicios ofrecidos a la patria y por la perdida de su marido e hijos. Con el rechazo a su pedido la condenaron a la mendicidad para apagar el hambre de sus tripas. 

«Yo conocí a esta mujer  en la campaña al Alto Perú, y la conozco aquí, ella pide ahora limosna… Esta mujer es realmente una benemérita. Ella ha seguido al ejército de la patria desde el año 1810. No hay acción en que no se haya encontrado en el Perú. Era conocida desde el primer general hasta el último oficial de todo el ejército. Ella es bien digna de ser atendida, porque presenta su cuerpo lleno de heridas de bala, y lleno además, de cicatrices de azotes recibidos de los españoles enemigos, y no se debe dejar pedir limosna como se hace», declaración del General Juan José Viamonte en la Legislatura provincial.

Viamonte la había reconocido en las puerta de la Catedral de Buenos Aires, allí pedía para sobrevivir. A los 60 años María recibía como paga por sus servicios 30 pesos al mes y el ascenso a sargento mayor de caballería. Tres años más tarde Juan Manuel de Rosas intervino a su favor, la reincorporó al ejército en la Plana Mayor del Cuerpo de Inválidos con el sueldo integro de su clase que luego se lo duplicó. Por este gesto María se agrega el apellido Rosas y pasa a ser la sargento mayor María Remedios del Valle Rosas, la parda, Madre de la Patria.

Falleció el 8 de noviembre de 1847.

En su honor, memoria y gratitud el Congreso de la Nación sancionó, el 24 de abril de 2013 la Ley 26.852, que instituye al 8 de noviembre como el “Día Nacional de los afroargentinos, las afroargentinas y de la cultura afro”.  

La esclavitud en el Virreinato del Río de la Plata

Dos años antes de la primera fundación de Buenos Aires, en 1534 se otorgó por primera vez permiso real para traficar hombres y mujeres esclavizados en la región del Río de la Plata. 

«La existencia de este comercio ilegal hace difícil determinar exactamente cuantos esclavos entraron en Buenos Aires durante el periodo colonial. Unas pocas estadísticas sugieren que el volumen del comercio legal escasamente podía compararse con el ilegal. De los 12.778 esclavos registrados como ingresados en Buenos Aires desde Brasil entre 1606 y 1625, solo 288 lo hicieron bajo permiso real. 11.262 eran esclavos confiscados a contrabandistas y vendidos por la ciudad, y 1.228 mas aparecen en los manifiestos de barcos a los que se les permiti6 descargar esclavos sin permiso. Otra fuente informa que entre 1606 y 1625 se confiscaron 8.932 esclavos a contrabandistas, que fueron vendidos por las autoridades reales.  Y estos eran solamente los esclavos que fueron aprehendidos, cuantos mas entraron en la ciudad sin ser detectados, sin dejar rastros en los registros reales? Solo podemos conjeturar. Es cierto, sin embargo, que los 22.892 africanos registrados como ingresados en el puerto entre 1595 y 1680 forman solo una fracci6n del verdadero numero», extraído del libro Los afroargentinos de Buenos Aires de George Reid Andrews.

 

Coreografía con ritmo Liberté en el Cabildo de Buenos Aires en homenaje a María Remedios del Valle Rosas.
Samanta Matzke

Samanta Matzke

Samanta Matzke es periodista y escritora, especializada en comunicación para organizaciones públicas, historias de periferia, cultura y política.
Nació en Buenos Aires en 1985, se crió en Ezeiza cuando el tercer cordón del conurbano bonaerense todavía era rural.

Fundó, junto a sus compañeros de secundaria, y llevó adelante la radio de la escuela: "FM La Técnica", ese día a sus 16 años decidió ser periodista. Estudió licenciatura en Periodismo en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ).

Trabaja, desde el 2014, en el área de prensa y comunicación del Instituto Nacional de Juventudes (INJUVE) por lo que se especializó en Comunicación 360 para organizaciones públicas en la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB). Es estudiante avanzada de la maestría en Periodismo Narrativo de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

Es autora de "El lugar de las palabras escritas", libro de relatos cortos.

Trabaja como columnista de historias de periferia en "Y se nos vino la noche", magazine nocturno en Fm Radio Cristal.

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